Leopardo, el elegante

El Leopardo (Panthera pardus) ha sido el animal de todos los que he visto que más me ha impresionado. Cuando lo ves comer estando en silencio, escuchas como desgarra la carne y parte los huesos, ese sonido no lo olvidas.

Es como un gato gigante y fuerte, buen trepador que se encuentra muy cómodo en los árboles, suele subir a sus víctimas (hasta el doble de su peso) a los árboles para comérselas sobre las ramas y evitar de esta manera que otros competidores le molesten.


Tiene una agilidad asombrosa, es un verdadero maestro en el arte de atacar por sorpresa, además es un magnífico trepador y se mueve con la misma habilidad tanto sobre las ramas como en medio de la maleza. Cuando se da cuenta de que le persiguen sube rápidamente a los árboles, y en caso de necesidad incluso cruza a nado lagunas o ríos.

Su belleza no sólo se aprecia cuando está en acción, sino que todos y cada uno de sus movimientos resultan elegantes, elásticos, ágiles y ligeros,

Pesa sobre ochenta kilos. Es un cazador solitario que sólo durante la cría puede estar en compañía de algún congénere de sexo opuesto. Dotado de una excelente vista y un finísimo oído, el leopardo puede cazar desde peces y roedores hasta mamíferos de considerable tamaño.

Cuenta con una cabeza grande y redondeada, el hocico es poco prominente, el cuello corto, el cuerpo robusto y flexible en su conjunto.