Impala leopard food

El impala (Aepyceros melampus) es un antílope que debe estar en constante alerta, ya que es una pieza clave en el menú alimenticio de cualquier depredador de gran tamaño en África.

Recuerdo perfectamente las palabras de Katembo, uno de nuestros guías en Botswana, cuando vimos un grupo de impalas: "Impala leopard food"

Es un antílope de tamaño medio, mide desde la cruz sobre 90 centímetros y su peso ronda los 60 kilos.


Su pelaje es pardo rojizo, más pálido abajo en los lados. El abdomen es de color claro llegando a blanco. Tiene una raya vertical de color negro en la parte posterior del muslo. Posee mechones de pelos negros por encima de los talones de las patas posteriores. Cuenta con unos cuernos anillados en forma de lira que pueden llegar a los 90 cm. La hembra es más pequeña y sin cuernos.

Es capaz de realizar unos saltos sorprendentes de nueve metros de longitud y tres metros de altura.

Se comporta como un mamífero gregario que vive en grupos de unos 35 miembros, formados por hembras, sus crías y machos jóvenes. Estos grupos están controlados por un macho dominante. El resto de machos que no tienen ningún harén viven agrupados formando otro rebaño.

Come durante el día y la noche. Ramonea en las hojas de los árboles y de los arbustos. Selecciona su comida descartando cuidadosamente los tallos. También come hierba y en la estación seca busca frutos, flores y hojas de acacias. Pasa un 40 por ciento de su tiempo alimentándose y otro 40 por ciento rumiando.

Viví personalmente mientras íbamos tras "la vieja dama" (una leopardo) la alerta de dos hembras impala que se la encontraron de frente. Las impala para avisar a sus congéneres de la presencia de un depredador emplearon una serie de señales visuales y acústicas levantando la cola y saltando para dejar ver su parte trasera que es blanca. Además emiten un sonido que está entre un disparo y un ladrido de un perro pequeño pero más penetrante. Aunque parezca mentira no salieron huyendo despavoridas que era lo que esperaba que hicieran.

Fotográficamente hablando es un animal con un ojo muy agradecido que brilla mucho con poca luz aunque no paran quietos.