La fotografía y el síndrome de Solomon

¿Por qué hacemos a veces las cosas tan difíciles? Llevo muchos años en esto de la fotografía y cada vez estoy más convencido de que hay que ir por libre y hacer lo qué te gusta y cómo te gusta.

¡No me presento a concursos! No estoy en el mundo de la fotografía para competir con nadie, no estoy para ser el mejor, no necesito demostrar nada. Estos son mis principios, los que siempre me han acompañado.

Hago fotografías para disfrutar mientras las realizo, las proceso y las veo. Soy autoexigente conmigo y con mis fotos, procuro hacerlo cada vez mejor y nada más.

Es una pena que a quien va dirigida esta entrada ni siquiera se vaya a dar por aludido y es que el síndrome de Solomon pone de manifiesto lo peor de nuestra condición humana.

El síndrome de Solomon constata una verdad incómoda para el mundo de la fotografía: que formamos parte de un colectivo que tiende a condenar el talento y el éxito ajeno. La incapacidad a muchos les hace canalizar su frustración juzgando a la persona que ha conseguido eso que envidian.

Es penoso que las personas con las que sales a hacer fotos actúen solo movidos por su vanidad y les fastidie que a alguien le salgan las cosas bien. Contra estos comportamientos miserables y mezquinos que veo a mi alrededor se enmudecen mis labios y hablan mis fotos.

Va por ti, "amigo".